A menudo desconocido para el público en general, el empalme requiere una gran habilidad técnica y experiencia y se lleva a cabo como parte de la construcción de una nueva infraestructura de teleférico, ya sea en un entorno urbano o de montaña.
CABLE DE TRANSPORTE
En la montaña, al igual que en la ciudad, el cable de arrastre sobre el que se pueden transportar las cabinas o los asientos, según el tipo de solución de que se trate: telesillas, teleféricos, telecabinas, etc., suele pesar varias decenas de toneladas, según su longitud y el tipo de equipo. Para ser instalado en distancias que a veces pueden ser de varios kilómetros, un cable de remonte se desenrolla a través de estaciones y torres y luego se ensambla en ambos extremos mediante lo que se llama «empalme».
Este cable está formado por muchos pequeños cables metálicos dispuestos alrededor de un núcleo de plástico (el alma del cable) que sirve de soporte. Esta multitud de pequeños cables se enrolla helicoidalmente en lo que se denomina cordones. Estas hebras se enrollan en espiral alrededor del núcleo del cable.
CORTE DE CUERDA
En general, el término «empalme» se refiere a la unión de dos cuerdas o cables conectando sus extremos. En el transporte por cable y en los remontes mecánicos, el «empalme» es, por tanto, el proceso de unión de la cuerda. También se puede hablar de «casar» el cable. El empalme es una operación delicada que debe realizarse manualmente y que garantiza que el cable forme un bucle sin fin. Por lo tanto, también podemos hablar de hacer un bucle de cable.
Considerada a veces un arte en el mundo del transporte por cable, la operación requiere un saber hacer único por parte de los «empalmadores» o técnicos especializados y no puede ser realizada por máquinas automáticas.
Los hilos de los dos extremos del cable se desenredan para llegar a la longitud de empalme deseada. Es importante señalar que se trata de un proceso estandarizado. Su longitud debe ser igual o superior a 1200 veces el diámetro nominal de la cuerda. Por ejemplo, para un cable de 45 mm de diámetro, esto significa que la longitud total del empalme debe ser de 54 m.
Para evitar que los hilos se salgan de la cuerda en el empalme, se hacen «nudos». A continuación, se tira del alma de la cuerda varios metros para sustituirla por uno de los cordones. Esta hebra se habrá cortado, enderezado y envuelto previamente para que tenga el mismo grosor que el alma de la cuerda que va a sustituir. Por último, el cable se prensa (con prensas hidráulicas) para compactarlo y evitar que se relaje al tensarlo. Este montaje genera un aumento del diámetro del cable que no debe superar el 10% para que funcione correctamente.
Por ejemplo, en Waterville Valley Resort, durante la construcción del White Peaks Express, se movilizaron no menos de 40 personas durante un día para realizar la operación de empalme del cable.
Una vez terminada la operación, el cable se tensará progresivamente y estará listo para las fases de prueba. Este paso es esencial para garantizar la seguridad antes de que el operador lo ponga en servicio y se transporten los primeros pasajeros.
🎥 VÍDEO: Empalme del cable de tracción en el Téléporté Mixte de Clos Giraud en Vaujany, Francia 👇